«Lo más importante es formarse lo mejor posible, y estar abierto a diferentes posibilidades» – hablamos con Alejandro Bustamante

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«Alejandro Bustamante hechiza al oyente con una interpretación violinística cargada de fuegos de artificio llenos de brillo y finura.»

Babette Kaiserkern, Meetingpoint Brandenburg

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bustamante bioMuchas gracias Alejandro, por prestarte a responder las inquietudes que surgen desde los estudiantes. Comenzamos indagando en tu propia formación:

En toda tu experiencia como estudiante, durante el Grado Medio y el Superior, estudiaste en 4 centros distintos. ¿Fue necesario un esfuerzo de adaptación a cada uno de ellos o eran de disciplina similar?

Cualquier cambio de entorno conlleva un cierto tiempo de adaptación. Pero la clave está en ver en todo cambio una oportunidad y un nuevo reto ilusionante. Para mí cada cambio durante mi formación fue bonito e inspirador y llegó en el momento adecuado, y creo que por eso todos me resultaron sencillos.

¿Hubo algún centro o profesor que fuera determinante para la consecución de tu carrera artística o que recuerdes con especial cariño?

No podría destacar ningún profesor o centro porque todos fueron absolutamente fundamentales para mí. He tenido la enorme suerte de tener profesores maravillosos que me lo han enseñado todo con una tremenda generosidad. No sería nada de lo que soy sin ellos, y saben que nunca les podré agradecer lo suficiente todo lo que me han dado. Y he podido estudiar en centros de muy buen nivel en los que siempre me he sentido apoyado, valorado y motivado. Y hasta querido. Creo que un alumno necesita ese apoyo y motivación constantes para poder aprender y mejorar a largo plazo, porque el camino es complejo. Yo los tuve y soy consciente de lo importante que eso fue para mí, por lo que ahora trato de hacer lo mismo con mis alumnos.

Según tu biografía has ganado algún que otro concurso, entre ellos el Concurso Permanente de Juventudes Musicales de España en la modalidad de Música de Cámara (2005) y en la de Instrumentos de Arco (2008) ¿Cómo es para ti la experiencia de participar en un concurso?

Bartók decía que los concursos son para los caballos, no para los artistas. Entiendo y comparto en buena medida esa afirmación porque el arte no es una competición. Y por tanto, el fin de un artista no debería ser ganar concursos, sino llegar a comprender y transmitir la esencia de lo que hace. Ser capaz de hacer algo verdaderamente valioso y trascendental. Pero dicho eso, los concursos pueden ser muy valiosos si se participa con inteligencia y sin obsesionarse con ganar. Son un gran reto, ya que te obligan a preparar mucho repertorio a tu máximo nivel, y eso en sí mismo sólo puede hacerte crecer. Y sin duda, ganar un concurso te puede ayudar mucho a desarrollar una carrera. Pero hay grandísimos músicos con carreras internacionales que no han ganado ningún concurso importante, y muchos ganadores de los más grandes concursos que no han hecho carrera después. Creo que si el único fin es ganar el concurso, ese músico no tendrá mucho futuro. Si se ve el concurso como una ayuda para desarrollar una carrera valiosa e inteligente, puede ser una gran ayuda.

¿Has recibido alguna crítica o condecoración de la que estés especialmente orgulloso?

Hace pocos meses recibí el Premio Revelación Artística de los Premios Cultura Viva. Como decía, yo no me dedico a la música para ganar concursos ni para recibir premios, sino porque siento verdadera fascinación por lo que hago y es lo que más feliz me hace. Pero por supuesto recibir un premio como este es un gran honor, porque implica que gente muy relevante del mundo de la cultura valora lo que hago, y lo agradezco de corazón.

¿Crees que es necesario para todo instrumentista solista trabajar el repertorio camerístico? ¿Y viceversa? ¿Alguna vez has pensado en especializarte en alguno de los dos?

Por supuesto. Creo que cuanto más diversa sea la formación y actividad de un músico, más rico será su conocimiento y más amplia su visión sobre la música. En mi caso, durante mi formación traté de centrarme siempre en ambas cosas a la vez. Formé parte de dos cuartetos de cuerda durante muchos años, he hecho muchísimo dúo con piano y también he tocado en muchas otras formaciones camerísticas. Y he tenido mucha actividad como solista con diferentes orquestas. Y ahora tengo una actividad muy heterogénea que me encanta y con la que me siento muy a gusto.

¿Tu interés hacia la música vanguardista y contemporánea viene desde el principio de tu carrera o fue tomando consistencia a lo largo de la misma?

Viene desde que era muy joven, porque mi padre es compositor y siempre me insistió en lo importante que es conocer y tocar la música de nuestro tiempo. Al fin y al cabo, es la música que representa lo que somos hoy.

¿Qué consideras importante a la hora de comprometerte con una agrupación de cámara determinada?

Si es para formar un grupo estable a largo plazo, creo que se deben reunir varios condicionantes: un amor profundísimo por lo que se hace, una visión de la música lo más cercana posible entre los miembros del grupo, un objetivo común, un compromiso total de todos, y un respeto y admiración constante hacia tus compañeros. Un grupo de cámara estable es como un matrimonio a tres, a cuatro o a cinco. Es un reto precioso, pero no es sencillo. Creo que todos esos factores deben darse para que funcione.

Una de tus cualidades más alabadas en los artículos es tu capacidad para conectar con el público que escucha. ¿Cómo enfocas tu concentración en directo?

Trato de concentrarme únicamente en el contenido de la obra y abstraerme de cualquier otro tipo de pensamiento. Si estás verdaderamente conectado con el mensaje, todo lo que toques llegará a la conciencia del público de una manera mucho más directa.

¿Cómo definirías la sensación de grabar en un estudio?

Si te soy sincero, cuando lo he hecho hasta ahora no he disfrutado de la experiencia. Me resulta muy antinatural. Porque no tocas para ningún ser vivo, sino para unos micrófonos que tienes ahí delante. Por tanto, es una sensación muy fría. Y además, tienes la presión de que todo tiene que salir impoluto porque eso queda para la posteridad. No me gusta la sensación, pero al mismo tiempo grabar discos me parece muy valioso porque es la manera de llegar a un público muchísimo más amplio. Por eso quiero seguir grabando. Y las próximas veces trataré de buscar la manera de disfrutarlo más.

¿A la hora de interpretar y comprender la música hay algún compositor con el que sientas mayor afinidad?

Es curioso, porque algunos de los que más disfruto al escuchar, no son necesariamente con los que estoy más cómodo al tocar. Schubert y Mozart son dos ejemplos. No puede haber música que me guste más. ¡Pero qué difíciles son de tocar!

¿Tu relación con el violín fue de amor a primera vista o algún otro instrumento te ha llamado la atención a lo largo de tu carrera?

Es el instrumento que elegí de muy pequeño y siempre he estado muy feliz de mi elección. Me siento muy unido al violín. Y últimamente estoy empezando a estudiar algo de dirección de orquesta. Desde hace bastante tiempo siento la necesidad de dirigir y me fascina cada vez más, así que ya veremos a dónde me lleva eso…

Ahora que te conocemos un poco mejor como intérprete, vamos a indagar en tu labor como docente.

¿Consideras que desarrollar una labor pedagógica es esencial para todo intérprete, o crees que es un trabajo que puede ir totalmente desligado de una carrera artística centrada en la interpretación?

No creo que sea indispensable, pero sí me parece evidente que enriquece muchísimo.

¿Consideras necesario que el docente, concretamente el docente de Enseñanzas Artísticas Superiores de Música, se encuentre activo y/o en formación permanente con su instrumento?

Sin ninguna duda. La nuestra es una disciplina práctica, y por tanto para poder transmitir a nuestros alumnos los conocimientos que necesitan adquirir, nosotros mismos tenemos que estar activos, en forma y en constante evolución. Creo firmemente que en la carrera de un músico no existe la estabilidad. O buscas una mejora permanente y te renuevas, o inevitablemente te deterioras poco a poco. Y nuestros alumnos se merecen que sus profesores les ofrezcan lo mejor de sí mismos.

¿Cuáles son las herramientas indispensables que un profesor de cámara/conjunto debería inculcar a un grupo de estudiantes?

Creo que la primera y más importante es aprender a escuchar, que es algo bastante más complejo de lo que parece a simple vista. Aprender a escuchar la afinación, un sonido de calidad y con armónicos, un buen balance entre las voces… Pero también aprender a escuchar y a reaccionar a toda la información contenida en las notas, y especialmente, ENTRE las notas. La música es una realidad de altísima complejidad, y aprender a distinguir y dominar todos sus parámetros lleva bastante tiempo. De hecho, es un trabajo para toda una vida.

Por otra parte, hay que aprender a ensayar de una manera efectiva. Hay que aprender a reconocer los problemas concretos y dominar técnicas concretas para solventarlos. Hay que aprender a trabajar con compañeros en ocasiones muy diferentes a ti, y a sacar el máximo rendimiento de ellos creando una buena dinámica de grupo. Es también muy importante aprender a respirar juntos como grupo, dominar el lenguaje gestual para ser capaz de liderar el grupo en los momentos que sea necesario… Hay muchas cosas para trabajar en cada grupo.

Todos los que hemos tenido la suerte de poder escucharte impartiendo clase o dirigiendo un ensayo sabemos que tu vocación por impartir conocimiento es grande, ¿Cuál es tu mayor motivación a la hora de dar clase?

Mis dos motivaciones principales son, por una parte, ser capaz de sacar el máximo rendimiento posible de cada alumno que tengo delante. Incluso más del que ellos mismos se pueden imaginar que son capaces en un principio. Y para ello necesito conocerles muy bien porque cada alumno aprende de una manera diferente dependiendo de su forma de ser, de su manera de pensar y procesar la información, y de su respuesta emocional a estímulos externos. Y tengo la convicción profunda de que el profesor debe ser capaz de adaptarse a todas esas diferencias, ya que si no es muy difícil conectar del todo con el alumno. En un grupo de cámara eso es especialmente complejo porque no tienes sólo a un alumno delante, sino a varios a la vez. Y entre todos generan una cierta dinámica de grupo. Una de las cosas que más me fascina de dar clase de cámara es ser capaz de reconocer esa dinámica de grupo y el rol que cada miembro del grupo cumple en ella, y a partir de ahí, sutilmente trabajar con ellos para que todos se encuentren a gusto y así puedan rendir a su máximo nivel.

Junto con ese trabajo, por supuesto mi otra motivación principal es que lleguen a comprender cada obra que tocan en su totalidad. Y para ello hay que trabajar en todos los parámetros que conforman cualquier obra para tener un conocimiento lo más profundo posible. Tanto de la gran estructura como de los pequeños engranajes que lo conectan todo.

¿Crees que la vocación docente va ligada a la experiencia o la formación en materia pedagógica, o por el contrario la consideras una virtud innata?

Creo que hay diferentes casos. Hay quien desde muy joven siente la vocación de enseñar, y hay quien desarrolla esa vocación con los años y a través de su propia experiencia y formación. Yo mismo jamás me imaginé que sería profesor. Es algo que surgió cuando tenía unos 24 años. Me empezó a llamar cada vez más, seguramente en buena medida porque es cuando me empecé a sentir capaz de transmitir algo más o menos valioso. Antes seguramente no habría sido capaz. Creo que lo más importante es formarse lo mejor posible, y estar abierto a diferentes posibilidades.

¿Consideras la empatía como una capacidad cognitiva esencial a la hora de trabajar con estudiantes? ¿Puede la empatía generar un extra de motivación?

¡Por supuesto! Yo no concibo la pedagogía sin empatía. No somos meros transmisores de información, sino que trabajamos con seres humanos. Tenemos que tratar de ayudar a cada alumno a explotar todo su potencial, y para eso no es suficiente con saber mucho de la materia que se enseña. Eso es indispensable, por supuesto. Pero un buen profesor debe ser capaz también de leer los ojos de sus alumnos para saber cómo se encuentran y qué necesitan para sentirse motivados y llenos de energía. Creo que un alumno necesita confiar en su profesor y sentir que les acompañas de verdad en el camino. Por tanto, el trabajo de un buen profesor debe, en mi opinión, ir mucho más allá del trabajo en el aula.

Pasando a un plano más general de la actividad musical,

¿Qué opinas sobre el interés que actualmente muestra el público con respecto a la actividad concertística?

Creo que en ese aspecto tenemos mucho que mejorar. Algo estamos haciendo mal si las salas muchas veces no están llenas cuando se ofrecen conciertos de mucha calidad con música increíble, y sin embargo las audiencias de programas basura de televisión son cada vez más altas. Por supuesto, cada ciudadano es libre de elegir con qué tipo de contenidos llena su cabeza. Pero creo que los músicos también tenemos que hacer más pedagogía. Estoy convencido de que si somos capaces de hacer entender al gran público lo alucinante que es cualquier obra de los grandes compositores, no podrían dejar de escuchar música.

¿Crees que puede tener relación el nivel y cuidado que se le da actualmente a la enseñanza musical en sus niveles de primaria y secundaria, con la ausencia de público joven?

Sin ninguna duda. Si cada vez la música se presenta como algo más marginal en la enseñanza primaria y secundaria, es normal que esos estudiantes no desarrollen ningún interés hacia ella. No sólo creo que es dramática la reducción de horas de clase de música, sino que yo incluso importaría el sistema alemán, en el que los alumnos no sólo reciben sus clases de música en el colegio, si no que como actividad extraescolar se les ofrecen clases de instrumento. Y muchísimos de ellos deciden realizar esos estudios. De esa manera, no sólo adquieren conocimientos teóricos acerca de la música, ¡sino que realizan música ellos mismos! Esa sí que es una buena manera de enseñar a amar la música. Esos chavales, incluso si luego no se dedican profesionalmente a la música, luego llenan las salas de conciertos porque les encanta la música y la ENTIENDEN. Hay ya muchos estudios que demuestran los innumerables beneficios que la música tiene para nuestro desarrollo intelectual y emocional. Me parece razón más que suficiente como para copiar ese modelo.

Por un momento, volvemos a tu formación…

¿Sentiste igualmente respaldada tu carrera artística en España como en Berlín durante tus años de aprendizaje?

En Berlín me sentí muy apoyado, pero la verdad es que en España también. Siempre me he sentido valorado aquí y no tengo quejas personales al respecto.

En relación a cómo se encuentran las EEAASS en otros países ¿Hay algo que consideres muy urgente importar a España?
Habría que importar muchas cosas. Sólo conozco de primera mano la realidad en Alemania. Allí, hasta donde yo sé, para ganar una plaza como profesor de las universidades o escuelas superiores de música, hay que hacer una prueba en la que hay que interpretar un programa largo y de muy diversos estilos, y dar varias clases a alumnos de diferentes niveles y con diferentes repertorios. Por último, se realiza una entrevista con el tribunal para conocer tus motivaciones pedagógicas y terminar de ver si eres el perfil adecuado. Considero que ese tipo de prueba es la ideal. En ella se puede ver perfectamente si eres un músico y profesor capacitado para desarrollar esa labor. Pero el sistema de oposiciones que se está planteando en España, en el que cuenta más la exposición de unos temas teóricos, donde ser ganador de concursos internacionales no cuenta nada y sin embargo haber hecho cursos oficiales de cosas que nada tienen que ver con la música sí, y en el que, sobre todo, no hay que dar una clase delante de un tribunal para ganar una plaza como profesor, me parece verdaderamente inaceptable. Parece que hoy en día todo el mundo habla de la calidad en la educación, pero creo que un sistema de oposiciones como ese lo único que garantiza es precisamente un gran deterioro en la calidad de las enseñanzas superiores.

En estos últimos meses hemos visto como plataformas, asociaciones, artistas de renombre y conjuntos de personas que forman parte del escenario de las Enseñanzas Artísticas Superiores de Música, han puesto de relieve la necesidad urgente de un cambio de rumbo legislativo para nuestras enseñanzas. ¿Compartes esta preocupación?

Creo que la mayoría compartimos esa preocupación por razones como la que exponía en la pregunta anterior. Parece que es difícil llegar a un acuerdo sobre cuál sería la alternativa ideal. Pero sin duda es un tema que tenemos que tratar entre todos y buscar soluciones sensatas e inteligentes.

Por último, hablemos de tus planes futuros,

Actualmente dispones de una página web, alejandrobustamante.com. Allí hemos podido ver que tienes el mes de Junio llena de actividad.
El día 1 de Junio, comenzaste tocando en Madrid el Concierto para violín, piano y orquesta de Mendelssohnn, repitiendo 2 días después en Ciudad Real. ¿Hay algún concierto más que tengas planteado para este mes? ¿Alguno destacable a lo largo del verano?

Efectivamente el mes de junio ha comenzado de manera muy intensa con esos dos conciertos con orquesta. El resto del verano tendré varios más. El 13 de junio toqué en nuestro Conservatorio Superior de Castilla y León en Salamanca el Trío en do menor Op. 101 de Brahms junto a Alberto Rosado y Aldo Mata, dentro del ciclo de profesores. En julio tendré varios conciertos, tanto de dúo con Patricia Arauzo, como de cuarteto junto a David Mata, Marian Herrero y Aldo Mata. En agosto tocaré por primera vez en el Festival Internacional de Panticosa junto a Enrique Bagaria, y en septiembre tocaré en Madrid y León junto a Patricia Arauzo de nuevo. Y es posible que en los próximos días se cierren algunos compromisos más.

¿Y en cuanto a cursos de perfeccionamiento?

Este verano estaré trabajando en cuatro cursos en Soria, Panticosa, Teruel y La Granja de San Ildefonso. Toda la información sobre los mismos, así como sobre los conciertos, se puede consultar en mi página web. Trabajar en cursos en verano me gusta mucho porque conozco a muchos alumnos diferentes y trabajo en entornos diferentes al habitual, y siempre resulta muy enriquecedor.

Muchísimas gracias por tu colaboración Alejandro, y desde FNESMUSICA queremos desearte mucho éxito en todos los proyectos que lleves a cabo.

Muchísimas gracias a vosotros. Ha sido un gran placer y aquí me tenéis para lo que necesitéis.

ALEJANDRO BUSTAMANTE

«Un violinista asombroso. Su sentido de la melodía o su infatigable vitalidad están entre lo más prometedor que he escuchado recientemente.»
Javier Sayas. El Periódico de Aragón

 

 

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