¿Quién soy yo para hablar de música?
Una reflexión sobre los músicos y su síndrome del impostor al hablar de la música.
El mundo de la música es infinito, lleno de paradojas, de contradicciones, de ideas subjetivas y abstractas; pero también de datos verificables y científicos o históricos. Se nos ha infundado siempre mucho respeto hacia ella y parece que nunca llega el momento en que uno se siente preparado para hablar de música.
En realidad, si os soy sincera, el momento en que uno se siente preparado para hablar de música no llega nunca.
Llevo varios días con la misma reflexión rondádome la cabeza, y quería compartirla con vosotros. Actualmente, llevo una sección sobre música en un programa de divulgación histórica. La preparación de cada programa me enfrenta siempre a la misma pregunta: ¿estoy preparada para hablar de esto? ¿Sé todo lo que debería saber? Cuál es mi sorpresa al darme cuenta una y otra vez que es mucho más lo que sé, después de casi 20 años estudiando piano, que una persona que tenga otro oficio. Y suena ridículo. Es obvio que va a saber muchísimo más un jardinero de plantas que yo. O un contable de economía que yo. Sin embargo, nosotros los músicos, no nos despegamos de ese síndrome del impostor al hablar de lo nuestro.
Cómo puede ser que nos de tanto vértigo hablar de un compositor o de una obra cuando a veces el común de la sociedad no sabe distinguir un violonchelo de un contrabajo. O una zarzuela de lo que no lo es.
Es una distancia absurda que no nos atrevemos a recorrer. Y lo peor es que mientras perdemos nuestro tiempo criticando las pequeñas faltas de rigor que cometen los cuatro gatos que hablan del repertorio clásico al público general, campan los atrevidos que sin manejar tanto conocimiento musical sí que se llevan el aplauso y reconocimiento.
Hay que hablar. Tú, que me lees, tienes que hablar. Si todos habláramos de aquello que nos apasiona, con mayor o menor rigor, y en la medida de nuestras posibilidades, sería mucho más fácil contrastar la información. Existirían múltiples perfiles diferentes (más o menos formales, más o menos específicos, en audio, vídeo, escrito, con narrativas diferentes,…) a los que cualquier persona podría adscribirse y seguir. Y la música estaría más presente.
Y sé que cuesta empezar, pero siempre se pueden dar pequeños pasos. ¿Le has hablado a tu entorno cercano de lo que estás haciendo? ¿Y en tus redes? ¿Qué iniciativas musicales hay en tu pueblo o comunidad y cómo podrían mejorarse?
¿Te animas?
Sobre la autora…
María Valverde | Valgreen 🍀
Pianista y divulgadora. Imito a pianistas famosos en Instagram. Toco y canto en ConnecTrio.
