Descubre la apasionante historia del acordeón en España, de la mano de uno de los miembros de nuestra Junta Directiva de FNESMUSICA.
Desde la creación del primer acordeón en 1829 por parte de Cyrill Demian, este instrumento ha sufrido una gran evolución. Este primer acordeón de apenas 22 cm x 9 cm x 6 cm tenía solamente 5 teclas, y cada una de ellas daba lugar a un acorde abriendo su pequeño fuelle y a otro distinto cerrándolo. Hoy en día los modelos de acordeón de concierto tienen más de 100 botones y 15 registros en el manual derecho y 120 botones y 7 registros en el izquierdo.
Actualmente se estudia ya en muchos conservatorios por toda Europa. Sin embargo en muchas zonas de España es todavía un instrumento desconocido, especialmente su faceta en la música clásica. Hay muchas causas que llevan a este desconocimiento, veamos algunas de ellas.
Para empezar nos remontaremos a ese primer acordeón de Demian. Él mismo decía que era un instrumento muy fácil de tocar incluso para alguien que no tenía conocimientos musicales, ya que una sola tecla daba lugar ya a un acorde. Esto permitía acompañar muchas canciones fácilmente. Durante muchos años el acordeón estuvo ligado solamente a la música popular. Poco a poco se empezaron a construir acordeones más complejos, que permitían además de los acordes tocar también melodías. Para conocer más en profundidad la evolución de este instrumento se recomienda la lectura del libro “El acordeón en el siglo XIX” de Gorka Hermosa. Hermosa nos cuenta que apenas apareció en la música clásica del siglo XIX. Fue ya en el siglo XX cuando se desarrolló un repertorio original para acordeón y se comenzaron a hacer transcripciones de un repertorio más antiguo.
En el caso español, el acordeón llegó por el norte y quedó instaurado en la cultura popular del País Vasco y Navarra. En cualquier fiesta en estas regiones hay alguien tocando un acordeón. Probablemente por este motivo hay muchos niños y niñas en estas zonas que empiezan a estudiarlo en las escuelas de música, algunos de ellos continuando después sus estudios en un conservatorio. Esto hace que después el grueso del alumnado, y posteriormente de profesores de acordeón en el resto del Estado provengan de Euskadi y Navarra. Es llamativo por ejemplo el caso de Aragón, una región en cuya música popular apenas aparece el acordeón. De los cinco conservatorios en los que se puede estudiar acordeón, en cuatro el profesor es originario del País Vasco.
Por otro lado, mientras que en el norte de la península el acordeón está ganando ya cierto peso en los conservatorios y está más estandarizado, no es así en la mitad sur de España. Destaca que más al sur de Teruel y de la Comunidad de Madrid solamente hay un conservatorio, en Murcia, donde existe la posibilidad de estudiar acordeón. Por consiguiente se genera un gran desconocimiento del instrumento en prácticamente la mitad del país. No es extraño encontrar alumnos originarios de Andalucía en conservatorios superiores del norte que al comenzar el primer curso les parece extraño tener compañeros que tocan el acordeón. Hablando con Ander Tellería, donostiarra y catedrático de acordeón del Conservatorio Superior de Música de Aragón, comentaba que una de sus ideas que tenía cuando era más joven era mudarse a Andalucía y empezar a crear una escuela de acordeón allí para darlo a conocer.
Del mismo modo muchos alumnos de composición no son conscientes de las posibilidades del instrumento si no hay quien lo estudie en su conservatorio. Para ellos es muy recomendable el libro “Acordeón para compositores” de Iñaki Alberdi y Ricardo Llanos.
Otro de los problemas del acordeón en la música culta es su repertorio. La mayor parte del repertorio original es de finales del siglo XX y del XXI. Habitualmente el repertorio
contemporáneo es más difícil de programar en conciertos, y en general tienen menos público que el clásico-romántico. Por otro lado, las transcripciones de siglos pasados más habituales son las de obras barrocas para instrumento de tecla: fugas, suites, sonatas, etc. El repertorio para piano de la segunda mitad del siglo XVIII, del XIX y del XX es mucho más difícil de transcribir, y en muchas ocasiones el resultado es muy poco eficaz musicalmente hablando porque en el acordeón no hay pedal, y tiene muy poca resonancia natural.
Por esto, a pesar de tener un magnífico y cada vez más extenso repertorio original, sigue siendo en parte olvidado a la hora de programar conciertos.
De la misma manera, al ser un instrumento relativamente moderno no aparece tampoco en la orquesta o en música de cámara hasta finales del siglo XX. Como otros instrumentos con repertorio más amplio interpretan menos repertorio contemporáneo es más complicado para un acordeonista poder tocar su repertorio de ensemble contemporáneo.
Por suerte, estos aspectos negativos poco a poco se van revirtiendo. Cada vez hay más alumnos de acordeón en los conservatorios superiores, más compositores que componen obras para acordeón, más conciertos… El instrumento sigue en constante desarrollo, el sonido es cada vez de mayor calidad y las posibilidades técnicas y musicales aumentan. Por tanto, aunque sea lentamente y estemos todavía muy retrasados respecto al resto de Europa, vamos por el buen camino.
Alejandro Arbués | Vocal
Miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Estudiantes del Conservatorio Superior de Música de Aragón, donde estudia Acordeón. l Certamen Internacional de Acordeón de Arrasate en categoría júnior o premios de música de cámara como el que organiza el AMPA del Conservatorio de Alcañiz.